viernes, 16 de septiembre de 2011

Jacques Cousteau

Sólo cuando el hombre haya superado a la muerte y lo imprevisible no exista morirá la Fiesta de Toros y se perderá en el reino de la utopía y el dios mitológico encarnado en el toro de lidia derramará vanamente su sangre en la alcantarilla de un lúgubre matadero de reses